jueves, 6 de octubre de 2011




Todo el amor sin fronteras en el aire. Sugerir ideas sobre gustos en tu cabeza y en tu pelo es, y como con efecto, hace que hoy el sol se ponga al mediodía. Todo lo cambia el rumbo, que suele caer en dirección sur sobre tus pies, ese soy yo. Y con eso somos destapados en la imagen, volcánicos y acrobáticos, con solo atreverse a los besos más sanos, sabemos que protegen el bosque y la calma tropical del pantanal. El calor compagina mis deseos y suenan las primeras chicharras, pegoteando sus alas, desplazándonos, surcando el río como reptiles atravesados de sabores. Empapados en besos, llamados por los colores del cause de los ríos, de cada partícula en primavera ascendiente, sin miedos; somos el caudal, el lecho y el sedimento. Donde sugestiona el amor, lo imaginable, suena real. El sentido se expresa único, circular, e indiscutible. Comer insectos cremosos, con el capcioso y amistoso perfume natural a la hora de cenar. Tras el suspiro, la proyección de trepar a los árboles más altos. Animarse, y subirse a la copa ajustando el olfato, bajo cielos derramados en lunas alteradas, y el eco latente del roce vegetal.