miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mas lo bonito no nos afecta, si el peligroso sueño de felicidad.



Me siento listo para contarles quien soy.
Un manojo, el racimo, las palabras que dieron pétalos a mi cuerpo.
Me nutro del suelo, como el cacao, de esta tierra y su belleza  de realidad energética, del sabor hermano, y el clima familiar.
Entre la oscuridad de un mundo y la humedad de la naturaleza, sangre de rana orgánica en las venas, y otro mundo: donde la ayuda quema con la miel de las ideas.
Brotó satisfecha, resiste cuidadosa el movimiento que habita, lejana a las texturas de los vientos en los recovecos de las piedras, con su personalidad, y mi situación legal, polinizando algo realmente grande para que contenga mi ornamenta, mi mente fresca, y mi cuerpo azucarado, como la luz del sol; refractarte sobre la madera, donde brillan las vetas en dorados calidos.
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