domingo, 23 de marzo de 2014

Mecetas



Tu relato dignifica el recuerdo infantil de lo que fue un tapón de sentimientos colándose en lo más destructivo de mis neurotransmisores. Con sonrisas apelo a tus palabras, deseando soltarme de la atribución que genero mientras sale de tu factible mirada, un rayo picaresco de conjuros.

Mirando el reflejo de la noche sobre el río, con su contracara de ventanas rociadas de atardecer, una carretera de huesos y formulas secretas, que despiertan unidos en tu cama.

Como puertas de madera con sus picaportes que pelan, y ampollan la piel; sol y humo en la velocidad del viento que absorben el paisaje. Ser el ruidoso, ser la de arriba, sensato e incrédulo de tu cintura, disolviendo tu piel, tus sabanas, mi voraz fluidez.

 Elija sin fe, entone sin ritmo, silbe que sirve, aguántese q me amaño.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Mas lo bonito no nos afecta, si el peligroso sueño de felicidad.



Me siento listo para contarles quien soy.
Un manojo, el racimo, las palabras que dieron pétalos a mi cuerpo.
Me nutro del suelo, como el cacao, de esta tierra y su belleza  de realidad energética, del sabor hermano, y el clima familiar.
Entre la oscuridad de un mundo y la humedad de la naturaleza, sangre de rana orgánica en las venas, y otro mundo: donde la ayuda quema con la miel de las ideas.
Brotó satisfecha, resiste cuidadosa el movimiento que habita, lejana a las texturas de los vientos en los recovecos de las piedras, con su personalidad, y mi situación legal, polinizando algo realmente grande para que contenga mi ornamenta, mi mente fresca, y mi cuerpo azucarado, como la luz del sol; refractarte sobre la madera, donde brillan las vetas en dorados calidos.
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