jueves, 13 de septiembre de 2012

Plantas que besan


Al momento imparcial, vi la nube creciendo en el cielo despejado, partiendo el horizonte corrugado de los edificios más las luces; como reflejo en el agua modificando colores, el contorno atmosférico que dio inicio al cambio. Dispersándose al aire, su forma algodonada no fue más que desentendimiento del foco a la implosión. Los ojos abiertos a la transformación del paisaje hacia el río; y la nube, ya semi-enroscada, decidida a vivir la constante gula de matar al que bese tus labios, se alejó. En el esponjoso pensamiento interrogativo y cruel, nubes, mientras duermes explosiva.  

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