miércoles, 22 de septiembre de 2010
70%
Montones de partículas de vapor de agua enamoradas paseándose por mis poros, entrando por mis mucosas, llegando a mis bronquios, logrando enamorarme a mi también.
El vapor pausado que se emana, logro detenerlo con la mirada, como sonoro Dub dando vueltas intrincadas, como la anatomía de tu oído. Surcando el palpito que marcan tus latidos sobre la piel, mi olor a chivo ya no se nota, ni mi cara de dormido, porque estoy entrando en ese estado de nerviosismo patente que nos asusta tanto.
Cuando la madera y el metal comenzaron a marcar el ritmo, entraron al compás y la melodía continuó. Y así fue, estuve tratado de hacer que no, leyendo literatura de otra época, pero acabo de darme cuenta que tengo la cabeza partida al medio y abierta como un libro, se me caen las ideas como hojas;
Hasta sabía que mi cabeza era frágil ante este tipo de cosas y que corría el riesgo que me caiga la ficha. Simplemente la cabeza atravesada por un metal filoso de tristeza, que cuando abra los ojos se expandan con el frío y se dilaten con calor.
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